USO DEL PETRÓLEO EN LA VIDA COTIDIANA
El petróleo es: Una fuente de energía no renovable
Una mezcla de compuestos orgánicos.
Un combustible fósil con un gran poder calorífico, es fácil de extraer y además de producir electricidad, es materia prima para la industria química.
Actualmente es ola fuente de energía más utilizada, que se consume a un ritmo vertiginoso.
Ir sustituyendo poco a poco, productos de cosmética convencional, por cosmética natural o ecológica.
Una mezcla de compuestos orgánicos.
Un combustible fósil con un gran poder calorífico, es fácil de extraer y además de producir electricidad, es materia prima para la industria química.
Actualmente es ola fuente de energía más utilizada, que se consume a un ritmo vertiginoso.
¿Nos hemos parado alguna vez a pensar cómo sería la vida sin el petróleo y sus derivados?
Del petróleo se obtienen aceites que lubrican las piezas móviles de bicicletas, vehículos de motor, combustible para aviones, automóviles y sistemas de calefacción, así como para la elaboración de cosméticos, pinturas, tinta, medicamentos, fertilizantes, plásticos y un sinnúmero de productos más. La vida cotidiana de la gran mayoría de la gente experimentaría un cambio radical sin este producto.
Uno de los sitios donde más se utiliza es en los cosméticos:
El petróleo y el aceite mineral (un aceite derivado del petróleo) se añaden a muchas lociones convencionales y cremas para la hidratación y protección de la piel. Debido a su consistencia espesa y rica estos ingredientes dan sensación de nutrición y suavidad. Pero en realidad, únicamente se asientan en la superficie de la piel que no puede respirar o eliminar correctamente las toxinas. Esto acaba obstruyendo los poros.
Los aceites minerales, vaselinas y parafinas son los sustitutos low cost de los aceites vegetales naturales. Ofrecen una textura fina y sedosa que al aplicarlos sobre la piel la deja suave y con “sensación” de alta hidratación. Comunes en cremas hidratantes, mascarillas, aceites hidratantes, body milks, labiales, pintalabios,...
La triste realidad sin embargo es que a pesar de lo que afirman, estos aceites minerales no hidratan. Crean una película plástica altamente oclusiva sobre la piel que impermeabiliza y obstruye los poros, impidiendo la transpiración natural y necesaria de la piel, y evitando la depuración natural de toxinas. El aceite mineral absorbe la humedad de las capas internas de la piel llevándola al exterior para que la epidermis o capa más externa parezca más hidratada. Esto lleva consigo una lógica deshidratación y un envejecimiento prematuro de la piel en general. Demandará más y más producto para calmar su sed, y aparecerán irritaciones.
¿Qué hacer para evitarlo?
Ir sustituyendo poco a poco, productos de cosmética convencional, por cosmética natural o ecológica.
Dentro de la cosmética natural hay diferentes grados de certificación y diferentes organismos que certifican, pero la característica común de todos ellos es que son cosméticos que están libres de sustancias químicas de síntesis y de derivados del petróleo, se componen principalmente de ingredientes de origen vegetal, como son los aceites y mantecas, esencias aromáticas, extractos de plantas, etc… El proceso de elaboración es respetuoso con el medio ambiente, no se generan residuos contaminantes, y no se han testado en animales, ni el producto final, ni la materia prima con la que están elaborados.
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